TEUCRO

Fundador de Pontevedra

 

Teucro, hijo de Hesione y Telamón, rey de Salamina, regresa a su patria tras luchar como un héroe en la guerra de Troya y asistir impotente a la muerte de su inseparable hermanastro Ajax.

 De vuelta a su hogar, el nuevo rey de Salamina, su sobrino, lo condena al destierro acusado de no haber evitado la muerte de Ajax.

 

 

El arquero infalible embarca de nuevo con sus hombres y se dirige a la búsqueda de una nueva tierra donde asentarse. Se pierde por el Talassos, y más allá de las columnas de Hércules se adentra en el océano ignoto en dónde, según cuenta la leyenda, se enamora de una sirena La persigue incansablemente hasta las Kariterides adentrándose en una maravillosa ría y funda la ciudad que se denominará Helenes, más tarde Pontus-Veteris, origen de la actual Pontevedra.

 

 

 

Solo una ciudad tan bella y especial puede haber nacido del amor apasionado entre un héroe legendario y una inteligente y hermosa sirena de nombre Leucoiña.

 

El origen de Pontevedra es el mar y esta relación con el mar será una constante de su historia. En ella, pronto se construirán barcos que surcarán todos los mares y se formarán gremios de navegantes y mareantes, fundamentales en la Edad Media.  Aquí nacerán grandes personajes de la historia, de la navegación, de las artes, una ciudad que se renueva continuamente sin descuidar sus orígenes, que ha sido y es puente entre culturas, camino de tolerancia y cuna de grandes hombres y mujeres.

 

Por todo ello, es de justicia que el fundador de esta maravillosa ciudad de Pontevedra tenga una efigie en lo alto de un noble edificio, destinado a ser un punto de encuentro ciudadano, desde el que contemplar el devenir de sus días y custodiar su futuro, sabiendo de antemano que este será tan extraordinario y apasionante como lo ha sido su pasado.

La escultura tiene siete metros de altura, pesa dos toneladas y está realizada en bronce.

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